Definimos la menopausia como el cese fisiológico de la menstruación por cese de la función ovárica. A su vez supone superproducción compensadora de este vacío por parte de las gonadotropinas hipofisarias (FSH y LH).
Se trata, por tanto, no de una patología, sino del establecimiento de un gran cuadro biológico en el que pueden darse diferentes terrenos metabólicos en cada uno de los cuales pueden generarse diversas patologías.
Con el fin de resultar más pedagógicos clasificamos las alteraciones que en la menopausia pueden producirse, de la siguiente manera:
Cuando estudiamos a mujeres menopáusicas resulta obvio que no hay un único terreno de alteraciones propias del climaterio. De tal modo, que hay menopáusicas que pueden no expresar un solo síntoma excepción hecha de su amenorrea o trastornos de la regla. Otras y de una manera aleatoria asocian osteoporosis y sofocos, trastornos emocionales o no. Otras expresan una cardiopatía e hipertensión o no.
Por lo tanto, es necesario valorar cada cuadro sintomático en toda mujer menopáusica si aspiramos a comprender cada proceso y más aún si aspiramos a hacer un tratamiento de forma personalizada y efectivo.