Depresión

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Ideas negras, melancolía, pensamientos sombríos, incapacidad de reacción y aún de movimiento, es decir, depresión. Ahora bien, en este síndrome cabe la inhibición mental hacia la depresión intelectual pero a veces entremezclado con cólera, con lloros, con sensación de bolo en garganta, con insomnios, con presión torácica, con decaimiento, con no querer ni poder salir de la cama, de la habitación, de casa...A veces, con miedo, con tristeza. Siempre con ansiedad. Siempre con dolor, con agonía moral, con sufrimiento integral. Este cuadro tan personalmente doloroso es estudiado desde hace cien años desde una óptica neurológica, psicológica, biológica, endocrinológica y hasta filosófica sin que hasta hoy haya podido constituirse un paradigma para evaluarlo de forma completa.

Hay que reconocer que la imagen de un deprimido común, intensamente agitado orgánica y emocionalmente pero, a la vez quieto, incapacitado, inmóvil, es la imagen exacta de un Bloqueo Energético Integral.

El abordaje de la depresión es desde cualquier enfoque un episodio diagnóstico complejo que debe desarrollar la imaginación y sensibilidad del médico. No es en absoluto igual que el enfermo con depresión sea un colérico o un melancólico. No es igual que digiera bien o no. Cada signo, cada señal, cada síntoma significan un eje metabólico específico alterado.

El hígado, desde el drenaje enzimático, sanguíneo y biliar que caracteriza su metabolismo, induce un flujo de enzimas y proteinas por todo el organismo. Así pues, un estancamiento en la dinámica hepática induce estancamientos del mismo material metabólico en otras áreas. En tal caso, el sujeto expresa sobre su ámbito torácico y digestivo una acumulación enzimática y un bloqueo enzimático asociados, en los que los síntomas son depresión tal y como la hemos definido pero con las características siguientes: suspiros frecuentes, dolor o presión torácicos, dolor o presión en hipocondrios o en estómago, inapetencia, eructos, nauseas o vómitos quizás, estancamiento intestinal de alimentos.  Por tanto, el enfermo está deprimido mentalmente y bloqueado a nivel digestivo, torácico y anímico. Los tres cuadros expresan un único paisaje clínico. Los tres se definen juntos en una única etiología: el bloqueo de la función hepática.