A cualquier observador puede llamarle la atención el conjunto de signos, señales y síntomas que de manera personalísima acompañan a la biología y el psiquismo de cada enfermo de cáncer de próstata.
En Medicina Biológica se entiende el cáncer de próstata como el resultado de una degeneración marcada por varios ejes biológicos alterados a la vez, aunque en diferente proporción en cada momento:
Cada uno de estos ejes metabólicos se definen en sus síntomas y signos de manera concreta e indiscutible. Por tanto, estos terrenos deben ser comprobados de manera precisa y evaluados de manera percentilizada con la mayor aproximación. De la certidumbre de su presencia se desprende la comprensión del cuadro y los tratamientos a prescribir.
El tratamiento con vitamina C endovenosa a altas dosis es complementario al tratamiento con quimioterapia y radioterapia en el cáncer de próstata y ayuda a tolerarlos mejor protegiendo el sistema inmunológico y reduciendo el cansancio.
La medicina ortomolecular ha demostrado con estudios el papel de algunas vitaminas para el cáncer
La próstata es una glándula lobulada que existe en el hombre y puede aumentar su tamaño ocasionando problemas. En ocasiones, estos cambios en el tamaño y estructura de la próstata son debidos a la aparición de un cáncer.
El cáncer se presenta cuando las células en el cuerpo (en este caso células prostáticas) se dividen de forma irregular y sin control. Normalmente, las células se dividen de manera regular. Si las células continúan dividiéndose incontrolablemente cuando nuevas células ya no se necesitan se forma una masa de tejido denominada protuberancia o tumor.
El término cáncer se refiere a tumores malignos, los cuales pueden invadir los tejidos cercanos y propagarse a otras partes del cuerpo. El cáncer de próstata es común en hombres de edad avanzada.
La próstata no es un órgano esencial para la vida, pero es vital en el proceso de la reproducción. Proporciona sustancias que facilitan la fertilización, la circulación de esperma y también la supervivencia del mismo.
La P.S.A. es una enzima que ayuda a que los espermatozoides lleguen al óvulo vivos durante el coito y lo fertilicen. Tengamos en cuenta que los espermatozoides no se fabrican en la próstata, si no en los testículos.
El cáncer de próstata es el segundo tumor más frecuente en hombres, por detrás del cáncer de pulmón. En todo el mundo se diagnostican unos 700.000 nuevos casos al año; lo que representa el 11,7% de todos los tumores masculinos.
En España se detectan unos 13.300 casos anuales, lo que supone casi el 14% de todos los tumores en hombres. Anualmente se producen en nuestro país alrededor de 6.000 muertes por este diagnóstico (el 10% de todos los fallecimientos por cáncer entre varones).
En comparación con otros países desarrollados, la tasa española es baja (36 nuevos casos por cada 100.000 habitantes), pero la enfermedad muestra una tendencia al alza desde la década de los 90.
Las tasas de supervivencia indican que, en el mundo occidental, el 92% de los varones diagnosticados sobrevive al menos cinco años después de su diagnóstico; y el 67% supera los 10 años. El pronóstico de la enfermedad mejora cuando se detecta a tiempo, y se calcula que un 58% de los tumores se diagnostica en esta fase aún localizada.
La causa del cáncer de próstata es la transformación de células normales de la próstata en células cancerosas que comienzan a multiplicarse y diseminarse. Un factor de riesgo es algo que incrementa la posibilidad de contraer una enfermedad o padecimiento.
Dieta: las grasas parecen tener un papel en el cáncer de próstata, favoreciéndolo. Algunos estudios han puesto énfasis en que los hombres que comen más grasas, comen menos cantidad de frutas y verduras y que puede ser esto lo que aumente el riesgo de cáncer y no el hecho de comer grasas.
Parece ser que los licopenos, que se encuentran en niveles altos en algunas frutas y vegetales, disminuyen el riesgo de enfermar de esta clase de cáncer. El consumo continuado de fitoestrógenos, como los contenidos en la soja, podrían disminuir la incidencia del cáncer de próstata.
En el cáncer de próstata los factores de riesgo son los siguientes:
La causa exacta del cáncer de próstata se desconoce, por lo que no es posible prevenir la mayoría de los casos de la enfermedad. Muchos factores de riesgo, tales como la edad, raza, y el historial familiar no pueden ser controlados. No obstante, de acuerdo con lo que sabemos, existen algunas medidas que puede tomar y que podrían reducir su riesgo de cáncer de próstata.
Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de cáncer de próstata y se han realizado las pruebas necesarias para conocer en qué fase está la enfermedad, se debe determinar cuál es el tratamiento más adecuado para curarla.
El especialista debe recomendar y explicar las posibilidades de tratamiento más indicadas en cada caso, para que una vez que se haya recibido la suficiente información se pueda, junto con su médico de confianza tomar una decisión.
En el tratamiento del cáncer de próstata se debe seguir un protocolo, es decir un conjunto de normas y pautas (plan de tratamiento) que se establecen, basándose en la experiencia científica, para el tratamiento de dicho tumor.
Estos protocolos, recogen las indicaciones o limitaciones de tratamiento en función de una serie de factores:
Existen tratamientos para todos los pacientes con cáncer de la próstata. Comúnmente se emplean cinco tipos de tratamientos para el cáncer de próstata que son los que a continuación detallamos.
Cirugía (la extracción del cáncer)
La cirugía es uno de los tratamientos más comunes para el cáncer de la próstata, procedimiento que consiste en la extracción de la glándula prostática entera y los tejidos ubicados a su alrededor. Algunas veces se extraen también los ganglios linfáticos del área pélvica (parte inferior del abdomen, localizada entre los huesos de la cadera). Este tipo de intervención, conocida con el nombre de prostatectomía radical, se puede llevar a cabo mediante dos tipos de procedimientos:
Radioterapia (el uso de altas dosis de rayos X u otros rayos de alta energía para eliminar las células cancerosas)
Este tratamiento se puede combinar con el de la cirugía, ya sea para preparar la zona afectada para la extracción del tejido afectado o para intentar limpiar la zona después de la intervención quirúrgica.
En este caso, se puede proceder de dos formas diferentes para el cáncer de próstata:
Terapia hormonal (consiste en el uso de hormonas para detener el crecimiento de las células cancerosas).
La evolución del tumor está vinculada a la acción de la testosterona, una hormona sexual masculina. El tratamiento hormonal contra el cáncer de próstata tiene como objetivo reducir los niveles de testosterona en el organismo o bien bloquear los efectos de esta hormona sobre la próstata. Observación permanente (se deberán efectuar controles frecuentes de la zona afectada).
Esta opción se recomienda especialmente a los pacientes mayores que sufren otro tipo de enfermedades que pueden deteriorar su salud. Es importante destacar el hecho que el cáncer de próstata es una enfermedad muy lenta, y por tanto el tratamiento también se prolongará.
En la mayoría de ocasiones los pacientes de esta enfermedad vivirán con el cáncer, sin que sea éste, necesariamente, la causa de su muerte.
Quimioterapia (consiste en el uso de varios fármacos para eliminar células cancerosas)
Algunas veces se recurre a la quimioterapia si el cáncer de próstata está extendido fuera de la glándula prostática y el tratamiento hormonal no hace todos los efectos deseados (hormonorresistencia). En la “quimioterapia sistémica” se administran los fármacos por vía intravenosa o por vía oral, los cuales entran en el torrente sanguíneo y alcanzan todas las partes del cuerpo, haciendo que este tratamiento sea potencialmente eficaz en los cánceres que han metastatizado (que se han extendido hacia órganos distantes de la próstata).