La medicina Biológica tiene como eje central unificar en un novedoso paradigma medico ciencias médicas occidentales con la medicina tradicional china.
La medicina occidental mediante la fisiología, la genética, la anatomía patológica, las analíticas, las técnicas radiológicas, electrónicas, estadísticas y exploratorias no es capaz de explicar los laberintos biológicos absolutamente personales, mediante los cuales una persona constituye su enfermedad. Por consiguiente, la farmacología no puede si no intentar atender esa lesión en sí y la limitada etiología conocida que la determina, pero dejando de lado los ejes metabólicos profundos que causan cualquier patología, la definen y la personalizan.
Ahora bien, ¿qué ejes metabólicos son estos? A lo largo de cientos de generaciones, la medicina tradicional china ha ido aportando mediante una observación sintomática, minuciosa y sutil, cuadros de señales y signos relacionados entre sí, involucrando distintos sistemas, distintos órganos e incluso interrelacionando el mundo emocional y el orgánico en una única impresión diagnóstica. Son los síndromes de la medicina tradicional china.
Unificando estos dos conocimientos, la medicina biológica ha constituido su sistema de diagnóstico biológico, basado en valorar los “terrenos biológicos internos” en que cada persona genera sus alteraciones y sus patologías, es decir, se trata de conocer las causas de la enfermedad en cada enfermo para abrir las puertas a una fitoterapia personalizada que las corrija.